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viernes, 26 de abril de 2013

Carta de amor

Fue un seis de agosto. Yo acababa de llegar al pueblo y  no conocía a nadie. Estaba sentada en un banco, sola, y de repente llegaste. Te sentaste a mi lado. Me daba cuenta como cada vez te ibas acercando más a mi, hasta que nuestras manos se rozaron. Yo me iba separando cada vez más de ti, quería ver como tu te acercabas. De repente, hubo un silencio, yo me levanté y me fui.
Esa noche, llegué a mi casa, me tumbé en la cama y no paré de pensar en nuestra conversación, en tus ojos, tus labios, tu sonrisa enloquecedora.
Al día siguiente, fui al mismo banco, a la misma hora. Minutos después llegaste, te sentaste y empezamos a hablar de nuestro pasado. Yo me estaba fijando en el color de tus ojos, y en tu sonrisa.
Era hora de irme, tu me agarraste, me dijiste que si quería quedar mañana en otro lugar. Una cita. Nerviosa y fascinada, sin esperarlo, asentí con la cabeza.
Llegó el día, las horas se me hacían largas, necesitaba verte, ya te echaba de menos, pero.. ¿cómo podía ser posible? A penas te conocía, no me podía estar enamorando, tu no lo podías estar de mi, o al menos eso pensaba.
Solo faltaba una hora. Yo estaba muy nerviosa, tenía miedo de decir cualquier chorrada. Me puse mi mejor vestido y llegué.
Allí estabas tu, con esa sonrisa. Me senté cerca tuya. Hablamos de todo, las horas se me pasaban rápidas. Odie el último segundo, no quería irme.
Me llevaste a mi casa, me dijiste que ibas a ir a la playa, que si me gustaría ir, era imposible decirle que no.
A la mañana siguiente, me puse el bikini, preparé mis cosas y tu me estabas esperando en la puerta.
El viaje fue largo. Recuerdo que me quede dormida en tu hombro.
Al llegar a la playa, nos pusimos a jugar como dos niños chicos con las olas. La arena quemaba, y tu me llevabas hasta la toalla. Fue un día inolvidable, el mejor de mi vida.
Al llegar a casa, yo me iba a despedir de ti, cuando tu de repente, me agarraste del brazo, me llevaste hasta ti, y me besaste. Me susurraste al oído que me querías, y desde entonces no he dejado de pensar en ti.
Hemos tenido muchas piedras en el camino, muchas las esquivamos, con otras nos caímos pero nos levantamos.
Ni un segundo de la vida dejé de pensar en ti, solo quería estar a tu lado.
Las horas se me hacían eternas si tu no estabas conmigo y pasaban demasiado rápido cuando estabas aquí..
Fuiste, eres y serás un amor que nunca olvidaré.


Tu y yo pasamos un verano inolvidable, con más amor del que muchos pueden darse.







1 comentario:

  1. Me alegra ver que tu blog sigue activo. Hay una entrada que me ha encantado.
    Eso sí: tus errores, que no son graves, siguen siendo siempre los mismos. Te los señalo, sobre una de las entradas, en este enlace, aunque observo las mismas carencias en las demás entradas:
    https://docs.google.com/document/d/13YNqygnTDNZ6RMjTsq7ENnRvt4Bg_rz83IJwhPalI2I/edit?usp=sharing

    Ya hablamos en clase, ¿vale?

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