Un día te levantas y empiezas a pensar.
Piensas en esos días cuando despertabas de un salto, con ganas de comerte el mundo, con una sonrisa en la cara porque ibas a a ver a tus amigos.
De repente, tus ojos se empiezan a humedecer y una lágrima sale de tus ojos, va cayendo por tu mejilla, pasa por tus labios hasta llegar al suelo, se convirtió en una de las miles de lágrimas más que han caído.
Sales por la puerta, ves las calles mojadas, el cielo despejado porque ha dejado de llover y un solo brillante a lo lejos, eso te ciega. Quieres entrar corriendo a tu habitación, y así es.
Entras, te pones el pijama de antes y te metes en la cama, te tapas hasta la cabeza, te pones los cascos, escuchas la canción que tanta tristeza te da y miles de recuerdos malos pasan por tu mente, y así día tras día.
Recuerdas tu infancia, a tu familia, tus amigos, tus amores platónicos... ¿por qué ellos tan felices y yo tan.. tan así? Es la típica pregunta a la que jamás le encontrarás respuesta.
Quieres desaparecer, irte lejos, muy lejos, donde nadie pueda escuchar tu grito mas alto.
Pasan los días y sigues en tu habitación, escuchando la misma canción, no te cansas.
Tus ojos ya están secos, las paredes mojadas y en el suelo hay charcos.
Los pequeños insectos que han entrado por la ventana, están por el suelo hundidos en tus propias lágrimas, incluso tu estás hundida.
Llevas ya varios días sin comer, pero la comida no es algo que te haga mucha falta, no sabes lo que necesitas.
No hablas con nadie, ¿tal vez es eso?
Un día, todos quieren darte una sorpresa y llegan a tu casa sin avisa, les abres la puerta pero no quieres hablar, porque sabes que si lo haces vas a romperte a llorar, pero no quieres, delante de ellos quieres hacerte la fuerte.
Unas cuantas carcajadas fueron suficientes para que lo olvidaras todo, pero luego cae la noche, se hace tarde y se tienen que ir y de repente te vuelves a encontrar sola, en el mismo silencio de tu habitación.
Vuelves a caer en la tristeza y en un mundo de lágrimas.
Un nuevo día llegó, estás cansada de llorar, la típica canción te aburre, te miras al espejo, ves tus ojos caídos, un rostro pálido y ni te reconoces a ti misma.
No quieres seguir así, decides dejar los problemas atrás, olvidar todo el pasado y empezar de cero.
Te pones tu mejor vestido, te echas el mejor maquillaje, te pintas los labios y los ojos y sales a la calle.
Ya el sol no te ciega, las calles están llenas de alegrías y ya no cae lágrimas de tus ojos, tienes ganas de comerte el mundo.
No quieres volver a llorar, la tristeza hizo que tu vida terminara por un tiempo, deja tus problemas a un lado y se feliz.